«¡Es la p*ta tristeza abrumadora!».
Wenren Shang puso una cara de desconcierto en el momento en que probó los fideos. Su cuerpo entero se puso rígido, con ojos de incredulidad.
El sabor que se expandió desde la punta de su lengua estremeció todo su cuerpo. Llegó hasta su corazón y se difundió, cubriéndolo por completo.
En ese momento se sintió como un volcán en erupción. Esta sensación hizo hervir vehemente los fluidos de su cuerpo.
«Pero... ¿Qué tiene que ver con la tristeza abrumadora? ¿Por qué se sienten tan bien estos fideos?».
Un bocado, dos bocados, otro bocado...
Shussh... Shussh... Shussh...
Wenren Shang no podía dejar de comer. Su mano no dejó de moverse, llevando constantemente los fideos a su boca. Los blancos hilos de los fideos tenían un ligero aroma a algo puro, que promovía la carne especial de bestia espiritual.