La atmósfera dentro del local de repente se calmó. La opresión proveniente del emperador mientras contemplaba, causó que Xiao Meng y Ji Chengxue se aguantaran el aliento.
El emperador Changfeng seguía siendo el emperador después de todo. Este había pasado docenas de años batallando contra las sectas fuera de la frontera, destruyendo a numerosas de ellas que eran incomparablemente gloriosas. El aura intimidante e instinto asesino que emitía de su cuerpo era extremadamente concentrado.
Sin embargo, Xiao Meng estaba con el ceño fruncido mientras se inclinaba sobre el emperador le susurró al oído: —Su Majestad… no olvide el trasfondo de este local. El gran perro negro que se encuentra acostado en la entrada es una bestia suprema. Así que habrá algo de dificultad si desea destruir este local.
La esquina de la boca del emperador se abrió ligeramente mientras veía a Xiao Meng y simplemente le dijo: —Gran general Xiao, recuerdo que usted puso en su reporte que mientras nadie cause problemas dentro del local, esa bestia suprema no intervendrá, ¿es correcto?
Xiao Meng se sorprendió por un momento. No entendía por qué el emperador hacía ese tipo de pregunta pero este asintió solamente. —Sí, Su Majestad.
—Entonces, es simple. Las reglas de este local son que mientras nadie cause problemas dentro del local, la bestia espiritual suprema no podrá intervenir. Hay muchas formas de destruir este local, pero no hay muchas formas que nos permitan destruirlo y prevenir que la bestia espiritual suprema intervenga. Sin embargo, eso no significa que no exista alguna —el dedo índice del emperador tocaba la mesa creando un sonido sordo.
Las pupilas de Xiao Meng se iban contrayendo mientras pensaba: «¿Hay otras formas? ¿Puede Su Majestad conseguir a alguien que pueda suprimir a una bestia espiritual suprema dentro de la ciudad imperial?».
—General Xiao, naturalmente no se da cuenta de las diversas tácticas ya que constantemente está en el campo de batalla. Incluso cuando este local posee una bestia espiritual suprema sigue siendo un local y hay reglas que seguir. Si le prohíbo a alguien patrocinar este local, ¿cree que podrá seguir operando? —dijo el emperador mientras se reía al ver a Xiao Meng.
Una repentina revelación se produjo en Xiao Meng dejando que su rostro delatara una expresión maravillosa. Pensó: «Cierto. Con el orgullo de la bestia espiritual suprema, mientras nadie causara problemas en el local esta no intervendría. Apuntar al negocio era la forma más simple y efectiva».
—Hahaha, no hay por qué preocuparse general Xiao. Solo estoy hablando sin pensar. Mientras los platillos del propietario Bu me satisfagan. ¿por qué debería interferir en su negocio? —el emperador comenzó a reírse nuevamente mientras acariciaba su barba.
—Xiaoyi, sirve el plato —dijo Bu Fang. Mientras ellos hablaban afuera, él ya había completado otro plato.
—Jefe apestoso...si tus platillos no satisfacen al abuelo emperador, les prohibirá a los demás entrar a tu local —Ouyang Xiaoyi se acercó hasta la cocina murmurando suavemente a Bu Fang mientras ella levantaba el plato.
Bu Fang inexpresivo asentía y sin mucha importancia le respondió: —Oh.
—¿Eh? Jefe apestoso, ¿no estás preocupado? —Xiaoyi hacía pucheros mientras preguntaba. Esta le estaba recordando a su jefe apestoso con toda la bondad de su corazón y este solo le respondió con una actitud indiferente ¡Que exasperante!
Bu Fang acarició la cabeza de Xiaoyi y con una sonrisa le dijo: —No tienes que preocuparte. No hay nadie que no haya quedado satisfecho por la comida de este Dios de la Cocina.
Ouyang Xiaoyi quedó aturdida mientras miraba a Bu Fang, quien estaba lleno de confianza. Sus ojos estaban lanzando estrellas mientras pensaba: «¡La confianza del jefe apestoso es muy grande!».
—Ve, no dejes esperando a los clientes —dijo Bu Fang.
Ouyang Xiaoyi asintió y emocionada llevó el plato a la mesa de Ji Chengxue.
—Su Alteza hermano mayor, aquí están tus lías de pescado. Por favor disfruta tu comida —dijo encantadoramente Ouyang Xiaoyi mientras colocaba las lías de pescado frente a Ji Chengxue.
Ju Chengxue asintió. E inconscientemente su mirada se dirigió hacia el emperador descubriendo de que este estaba atraído por la mezcla de aroma entre el vino y los peces de las lías de pescado.
La mirada del emperador se desvió hacia las lías de pescado. Su rostro lleno de arrugas temblaba ligeramente y parecía que estuviese tragando su propia saliva.
—Padre…¿te gustaría probar un poco? —preguntó respetuosamente Ji Chengxue.
Cuando el emperador escuchó las palabras de Ji Chengxue, este apartó su mirada y dijo: —No es necesario, cómelo. Ya yo he ordenado el mío… por cierto, ¿cuál es el nombre de ese plato?
—Lías de pescado.
El emperador asintió despreocupadamente. Luego cerró sus ojos y dejó de prestar atención a su alrededor.
Ji Chengxue suspiro. Su mirada al ver al emperador era ligeramente melancólica mientras pensaba: «Por qué me desprecias tanto padre… soy tu hijo también y he estado peleando en el campo de batalla, ¿por qué no puedes darme un poco de tu preocupación?».
Xiao Meng se sentía impotente. Caminó hacia la mesa de Ji Chengxue sirviendose una copa de vino. Ambos chocaron sus copas y nuevamente empezaron a beber juntos.
A medida de que las ricas fragancias de los platos salían constantemente de la cocina, los ojos del emperador se mantuvieron cerrados hasta que finalmente se abrieron.
Al terminar su comida, Ji Chengxue se levantó y respetuosamente saludo al emperador. En un tono calmado le dijo: —Padre, necesito atender la ceremonia de campaña, así que me iré temprano.
El emperador asintió y sacudió su mano para indicarle que podía retirarse.
Ji Chengxue miró significativamente la figura del emperador, sus ojos se habían concentrado por un momento. Luego se dio la vuelta y se fue haciendo que las mangas de su túnica revolotearan como las olas.
—Xiaoyi, sirve el plato —la voz de Bu Fang resonó fuera de la cocina una vez más.
Los ojos de Ouyang Xiaoyi se habían iluminado. Sabía que la siguiente orden era para el emperador. Ella estuvo esperando este momento solo para presenciar como el emperador era dominado por el plato de Bu Fang.
El arroz frito con huevo mejorado era abrumadoramente fragante. El ligero dorado y viscoso huevo fluido envuelto alrededor de los granos perlados de arroz emitían un débil resplandor bastante cautivante a los ojos.
—Abuelo emperador, aquí está su arroz frito con huevo mejorado —Ouyang Xiaoyi colocó el plato de arroz frito con huevo frente al emperador haciendo que sus grandes ojos se llenaron de expectativas al mirarlo.
—Bien, bien. Xiaoyi ¿por qué estás trabajando aquí como mesera? ¿Tu abuelo está de acuerdo con esto? —dijo gentilmente el emperador mientras acariciaba la cabeza de Xiaoyi con una amable sonrisa.
—Hmph, si el abuelo se atreve a impedir que venga aquí, ¡halare su barba! —dijo Ouyang Xiaoyi alegremente mientras sus ojos se estrecharon como rendijas.
El emperador se reía mientras su mirada se dirigió hacia el arroz frito con huevo. Al verlo, su mirada cambio.
Como el emperador, sus requerimientos hacia la cocina eran muy estrictos. Dentro del palacio imperial los cocineros de la cocina imperial eran cuidadosamente escogidos entre decenas de miles dentro del Imperio del Viento Ligero. Todos eran élite dentro del mundo culinario.
Los platos que él había probado eran innumerables y su capacidad de evaluación hacia la comida era incomparable con el de la gente común.
En cuanto al plato de arroz frito con huevo, aparte de su fragancia, la apariencia en sí mismo ya había atraído su atención por completo. No estaba cocinado como ese tradicional arroz frito con huevo. Ya que los huevos que Bu Fang usaba para el arroz frito con huevo estaban a un ochenta por ciento bien cocidos y servidos sobre los granos de arroz como si fuese una salsa.
El emperador utilizó una cuchara de porcelana para sacar una cucharada de arroz, y el huevo que estaba fluido dejó un rastro parecido al de una cuerda mientras se levantaba. Aire caliente estaba elevándose del hoyo creado por la cuchara, acompañándolo con una fragancia que asaltaba sus fosas nasales. Estaba completamente envuelto por el olor, parecía que él había caído dentro de un mar de fragancia.
Mientras empujaba la cucharada de arroz frito con huevo a su boca, el huevo que estaba fluido, el que estaba a ochenta por ciento de cocinado, instantáneamente se solidificó. Estaba lleno de elasticidad produciendo un sentimiento peculiar al rebotar entre la lengua y las paredes de su boca.
¡Gulp!
Al terminarse el bocado de arroz frito con huevo, el emperador no pudo evitar en tomar otra cucharada… era un movimiento completamente inconsciente.
—¡Es tan fragante! ¡Tan delicioso! —los ojos del emperador estaban iluminados. Él no había probado una comida tan deliciosa desde hacía mucho tiempo; una comida que podía abrir los poros de todo el cuerpo.
Mientras el emperador disfrutaba el arroz frito con huevo mejorado, Ouyang Xiaoyi estaba de regreso con un nuevo plato. Era la fragancia abrumadora de la sopa de cabeza de pescado con tofu, la cual estaba servida dentro de un tazón largo de porcelana azul y blanco.
La sopa lechosa se mecía dentro del tazón. El tofu de color jade apenas perceptible brillaba mientras el tierno pescado sumaba un aroma carnoso.
—Abuelo emperador, si comes el arroz frito con huevo mientras bebes la sopa de cabeza de pescado con tofu será la cosa más reconfortante. Ten, prueba el favorito de Xiaoyi, la sopa de cabeza de pescado con tofu.
Cuando Ouyang Xiaoyi vio la expresión embelesada del emperador, se sintió extremadamente feliz tanto como si una flor cuando floreciera dentro de su corazón. Colocó el tazón de sopa de cabeza de pescado con tofu frente al emperador y personalmente llenó un tazón pequeño para él.
La sopa lechosa de pescado despedía una rica fragancia que se combinaba con la fragancia del arroz frito con huevo, haciendo que el apetito del emperador se dispararse mientras sentía espasmos en su estómago.
Después de saborear un bocado de sopa de pescado, el sabor del pescado y el aroma del tofu florecieron en la punta de su lengua, envolviendo sus papilas gustativas. No pudo evitar en exclamar: —¡Esta sopa de pescado… es excelente!
A una distancia prudente, Xiao Meng respiró con alivio mientras pensaba: «Su Majestad, que bueno que está feliz. Mientras usted sea feliz, no pensara en interferir con el local del propietario Bu y yo no tendré que enfrentarme con la bestia espiritual suprema. Todos estamos felices».