—Mi píldora espiritual de tres marcas... ¡también está lista!
En el instante en que Mao Shi dijo esta frase, su fuerza mental parecía haber alcanzado el pico. Una espada divina parecía estar saliendo de los ojos de Mao Shi mientras miraba a Bu Fang.
La sangre goteó por sus labios y sus ojos estaban inyectados en sangre. Su respiración era inestable pero su sonrisa estaba llena de confianza.
Con un golpe de su palma, envió la tapa del horno de alquimia volando.
Después de un sonido amortiguado, un fuerte estallido resonó.
Desde el interior del horno, tres corrientes de luz deslumbrante volaron hacia los cielos. Después de que las corrientes de luz giraron en el aire por un tiempo, gradualmente comenzaron a dispersarse.
La energía que provenía del elixir desapareció. Sin embargo, el aroma que provenía de la píldora espiritual era incomparable. Los que lo olieron se sintieron renovados.