¡Crac!
Bu Fang abrió la puerta de bronce en el frente del Restaurante Nube de Niebla.
Luego de regresar al local y abrir la puerta, Bu Fang fue bienvenido por la vista de dos ojos negros. Abisal estaba sentada en el local mirándolo con una expresión ansiosa en su rostro.
El Gran Perro estaba recostado al lado del árbol frutal del camino del entendimiento durmiendo profundamente. A este perro rechoncho le encantaba dormir cuando no tenía nada que hacer y no estaba fuera de las expectativas de Bu Fang que siguiera durmiendo cuando regresara.
Los ojos de Abisal se iluminaron en el momento que vio a Bu Fang en la entrada del local.
—Bu Fang, tengo hambre. —Abisal abrió su boca y habló con una voz fría y distante.
Bu Fang se sorprendió con sus palabras por un momento. Asintiendo hacia ella con un rostro inexpresivo, se dio la vuelta y caminó hacia la cocina. En poco tiempo, un dulce aroma salió de la cocina.