Luego de comer y beber hasta llenarse, el local comenzó sus negocios del día.
Un fuerte crujido resonó cuando Bu Fang abrió la puerta de bronce del local. Tan pronto la puerta se abrió, cálidos rayos de sol entraron en el local y brillaron sobre Bu Fang, y no pudo evitar entrecerrar sus ojos.
Había una gran cantidad de personas afuera ya que los locales de elixires en el distrito habían intentado vender apresuradamente algunos elixires antes que el Restaurante Nube de Niebla abriera.
Los precios de estos elixires se habían vuelto bastante bajos por el local de Bu Fang, pero seguía siendo suficiente para atraer a algunos clientes. Hacer negocios de esta manera era bastante difícil para los locales de elixires, pero no era tan malo como para que perdieran su capital.
Había algunos clientes que iban al distrito solo para comprar elixires, después de todo.