Magma salpicaba constantemente por todas partes.
Luego de caer por un tiempo, Misha sintió que su cuerpo tocó una superficie sólida.
Esta vez, no sintió la abrasadora sensación que había experimentado cuando atravesó lava. En su lugar, sintió un ligero frío. El aire estaba lleno del apestoso olor a sangre, y este atacó su nariz. Sintió cada poro en su cuerpo expandirse mientras una inexplicable sensación de emoción lo abrumaba.
Su túnica rojo sangre se veía aún más rojiza en este fascinante ambiente; parecía como si sangre estuviera goteando de ella.
Con cada paso que daba, sangre parecía gotear de él.
Los dos caminaron silenciosamente en este lugar. Misha entrecerró sus ojos y avanzó en la dirección hacia donde apuntaban las intensas fluctuaciones en su mente.
Aunque la infinita área frente a Misha era color rojo sangre, mientras avanzaba, su emoción aumentaba.