Un haz de luz.
Dos haces de luz.
Entonces, incontables rayos de luz llenaron los ojos de todos. Las miradas de todos estaban pegadas a la increíble radiación, mientras entrecerraban sus ojos.
Wei Dafu, desde la distancia, sintió un escalofrío por su espalda. Abrió los ojos, todavía desconcertado ante lo que veía. Extendió los dedos, quedándose boquiabierto, y señaló el plato que emitía un brillo resplandeciente.
—Un…¿un plato que irradia luz?
El desconcierto de Wei Dafu era más que lo que se podía describir con palabras. Esta era la primera vez que veía un plato que brillara, y este logro reflejaba un nivel totalmente nuevo de cocinar. Este era un escalón superior que la mayoría no podía alcanzar, incluso con una vida de arduo trabajo y dedicación a la cocina.
Los rayos de luz se desvanecían gradualmente, pero la mirada de nadie se desvió hacia otro lado. Todos estaban simplemente demasiado intrigados por el plato.