A pesar que el dragón de la inundación no era un dragón verdadero, la sangre de dragones corría por sus venas, así que tendría una posición más alta entre las bestias espirituales.
El dragón de la inundación cuyas oscuras escamas emitían un resplandor brillante agitó sus alas y provocó una aterradora tempestad, luego abrió su boca y emitió un rugido ensordecedor.
La apariencia de un dragón de la inundación se parecía a la de un horrible lagarto grande con alas, y había una enorme diferencia entre este y un dragón verdadero. Sin embargo, a pesar de esto, seguía siendo una de las bestias espirituales en la cima de la cadena alimenticia.
El ensordecedor rugido del dragón resonó en toda la Ciudad Imperial, e hizo que todos en la capital se estremecieran y cayeran al suelo mientras miraban temblando al gigantesco monstruo en el cielo. Para ellos, la llegada de una criatura tan aterradora a la capital era equivalente a su perdición.