El shumai dorado lucía como si estuviese hecho de oro. El rico aroma, mezclado con un claro perfume a bambú, corrió a través de Bu Fang ahogándolo en un mar de fragancias. Su piel radiante y resplandeciente se veía como si estuviera en llamas. Parecía como si hubiese llamas ardiendo, pero luego al mirar más de cerca desaparecían.
Los nueve shumais dorados estaban dentro del vaporizador de bambú púrpura. Eran tan hermosos y perfectos que podrían confundirse con obras de arte.
Cuando el relleno se envolvió por primera vez con una capa delgada de carne de jabalí, tanto el jabalí como la piel se solidificaron profundamente después de la coacción al vapor. El relleno era una mezcla de carne picada y vegetales espirituales que emanaban una fragancia sin igual. La humedad de las verduras mezcladas con la grasa del jabalí llameante creó una sopa aromática que se mezclaba con el shumai.
Bu Fang miraba con ansias el shumai dorado; su apetito había sido provocado por su rica fragancia. Usando los palillos proporcionados por el sistema, tomó uno de los shumai. No lo puso de inmediato en su boca, sino que primero bebió la sopa.
La sopa, que era ligeramente dorada, era una mezcla de vegetales espirituales, carne del jabalí llameante y el bambú púrpura. Cuando entró a su boca, envolvió sus papilas gustativas y llenó su boca de un rico sabor.
Bu Fang estaba absolutamente maravillado. Después de beber la sopa, dio una mordida al shumai. La piel estaba extremadamente tierna, y al ser mezclada con el huevo de las palomas de las tormentas, producía un ligero adormecimiento. No era fuerte, pero cuando se combinaba con la sensación ligera de ardor de la carne del jabalí llameante tenía un sabor único.
Estaba tan delicioso que Bu Fang deseó tragarse su propia lengua.
Pronto, los nueve shumais fueron devorados por Bu Fang y memorablemente lamía sus labios. La comida deliciosa siempre mejoraba el estado de ánimo de una persona.
Después de limpiar la cocina, Bu Fang se preparaba para elaborar la urna de vino de corazón jade de hielo. El sistema había proporcionado la levadura de cerveza que ya había pasado el proceso de fermentación necesario. Él solo necesitaba usarla directamente.
Colocó la jarra de barro, la cual media la mitad de un humano, dentro del armario de simulación de entorno y su parte estaba hecha. Solo necesitaba esperar tres días y el vino de urna de corazón jade de hielo se completaría. Bu Fang estaba ansioso por probar este vino.
Al completar todo, ya era medianoche. Bu Fang bostezó, listo para dormir. Como cocinero, necesitaba tener un sueño de alta calidad. Él tendría un cuerpo sano si dormía bien y se levantaba temprano todos los días.
La mañana siguiente.
Bu Fang abrió el local para el comercio. El clima no estaba muy bueno ese día. Nubes oscuras cubrían el cielo y no había ningún rayo del sol.
—Parece que va a llover —murmuró Bu Fang mirando el cielo mientras estaba parado en la entrada.
Blackey levantó su cabeza y lo miró, luego se acostó y siguió durmiendo. Eran tan perezoso que no quería moverse; parecía que no iba a buscar refugio por más que empezara a llover.
Bu Fang se sorprendió. A pesar de que el gran perro negro vivía la vida de un cerdo, ¿por qué no engordaba? Si un cerdo estuviese cuidado así, estaría el doble de su tamaño, y aun así el perro seguía manteniendo una figura delgada.
—Creo que voy a mejorar tu dieta hoy —dijo Bu Fang mientras acariciaba el pelaje inmaculado de Blackey.
Luego, Bu Fang regresó a la cocina y empezó a practicar sus habilidades culinarias. Preparó una porción del shumai dorado y usó el resto del relleno para cocinar un plato de carne y vegetales picados.
Cuando Bu Fang sacó de la cocina aquel plato aromático, los ojos del gran perro negro emanaron de repente un brillo intenso al mirar el tazón en sus manos.
«¡Carne! ¡Hay carne!», pensó el gran perro negro mientras ansiosamente estiraba su lengua.
Ver a Blackey devorando su comida del tazón, hizo que apareciera una sonrisa incómoda en el rostro de Bu Fang. Sacó una silla hacia la entrada y se acurrucó. Como estaba nublado y no se sentía el calor de la luz del sol, se quedó mirando hacia el cielo.
Al rato llegaron el Gordo Jin y sus amigos. Al momento de entrar al local, de inmediato notaron el nuevo plato del menú, el shumai dorado.
—Oh, propietario Bu, ¿es un nuevo plato? ¿Shumai? ¿Es para el desayuno? —los ojos del Gordo Jin se iluminaron al preguntarle a Bu Fang.
—Si —Bu Fang asintió sin expresión alguna, luego se puso de pie y se fue a preparar para el trabajo. La llegada del Gordo Jin significaba el comienzo de un día ocupado.
Sin duda alguna, los platillos de Bu Fang eran los más finos.
La boca del Gordo Jin estaba cubierta en aceite mientras se tragaba el plato. Los otros quienes sus niveles de cultivación no llegaban a Maniaco de Batalla de tercer grado solo podían babear mientras miraban.
—¡Las habilidades culinarias del propietario Bu son excelente! ¡Ese shumai dorado es simplemente delicioso! ¡Realmente se adapta a mi gusto! —después de terminar el shumai, el gordo Jin quería pedir otra porción, pero fue rechazado por Bu Fang.
Cada servicio de shumai costaba diez cristales, pero eso no era nada para el próspero Gordo Jin. Sin embargo, como la cantidad de la porción apenas le llenaba el estómago, ordenó otros platos.
Después de un rato, el Gordo Jin y sus amigos dejaron el Pequeño Local de Fang Fang hasta quedar satisfechos. Era su mayor alegría poder disfrutar de este sabor cada día.
Luego de que el Gordo Jin y sus amigos se fueron, una pequeña figura llegó lentamente mientras se frotaba los ojos.
—Jefe apestoso, no llego tarde ¿verdad? —dijo Ouyang Xiaoyi con un bostezo.
Justo cuando Ouyang Xiaoyi entró al local, comenzó a llover afuera. Las continuas gotas formaban una cortina, ocultando el cielo y la tierra.
—No llegas tarde —dijo Bu Fang formalmente.
Ouyang Xiaoyi rodó sus ojos en respuesta, sacó su lengua y le hizo caras a Bu Fang.
—¡Jefe apestoso! ¡He traido suficiente dinero hoy, quiero comer el desayuno! —dijo triunfante Ouyang Xiaoyi mientras sacaba una bolsita y la agitaba frente a Bu Fang. El sonido de los cristales chocando se podía escuchar desde el interior de la bolsita.
Bu Fang inexpresivamente miró la bolsita. Traía bordado la cabeza de un cerdo sonriendo; definitivamente era su estilo.
—Oh, hay un nuevo plato, pero tú nivel de cultivación no es lo suficientemente alta. De lo contrario, podrías saborearlo —dijo Bu Fang simplemente.
La expresión de Ouyang Xiaoyi se congeló y sintió como una flecha invisible le atravesaba el pecho. «¡Duele!».
—¡Trabajaré muy duro por el bien de la comida! —declaró Ouyang Xiaoyi mientras hacía pucheros.
—Oh, estoy seguro de que tu abuelo estará encantado al escuchar eso —dijo Bu Fang inexpresivamente.
¿Encantado? ¡Ya quisiera! si el anciano Ouyang supiese que ella iba a trabajar duro solo por buena comida, seguramente vomitaría algunos litros de sangre.
Mientras los dos discutían, una figura apareció entre la lluvia.
Con una sombrilla de papel y su túnica blanca, se veía tan gentil y refinado con una sonrisa en el rostro.
Era el tercer príncipe quien había entrado al Pequeño Local de Fang Fang cerrando su sombrilla de papel. Le dio a la sombrilla una pequeña sacudida para deshacerse del agua y la colocó en la pared más cercana a la entrada.
Bu Fang miró con curiosidad al tercer príncipe. Este se veía un poco diferente ese día. Por más que le transmitía un sentimiento suave y refinado, había un ligero frío escalofriante en su refinamiento.
Ji Chengxue había entrado al pequeño local de Fang Fang, pero no había saludado a Bu Fang. Sino que consiguió un asiento y se sentó.
Ouyang Xiaoyi y Bu Fang estaban desconcertados.
En breve, el sonido de pasos desordenados vino del callejón, junto con el sonido de la lluvia cayendo sobre sombreros de bambú.
Desde una corta distancia, cuatro figuras caminaban lentamente hacia el Pequeño Local de Fang Fang desde la entrada del callejón.
Gradualmente, la lluvia se volvió pesada y las gotas salpicaron en el suelo. La niebla se volvió densa y el mundo se veía irreal en ese momento. Como si la lluvia se volviese silenciosa.
Cuando las cuatro figuras entraron al Pequeño Local de Fang Fang, una ráfaga de lluvia y frío invadió el espacio y el ambiente cálido se convirtió al instante en una atmósfera helada.
Ouyang Xiaoyi se estremeció y se encogió del miedo resguardándose en dirección de Bu Fang mientras miraba con curiosidad a las cuatros personas con sus grandes ojos.
Los cuatros encontraron asientos separados y se sentaron. Tampoco hablaron con Bu Fang ya que rodeaban imperceptiblemente a Ji Chengxue.
Una gota de lluvia se deslizaba desde uno de los sombreros de bambú y de repente se abrió al tocar el suelo, fue como si hubiese ocurrido un trueno repentino dentro del silencioso local.
Entonces, cuatros rayos deslumbrantes de luces blancas aparecieron, como una flor de poca vida, mientras se apresuraban a la posición de Ji Chengxue.