¡Bang!
El techo con baldosas negras se desmoronó instantáneamente, y el aura que emanaba de Whitey cambió bruscamente a un morado espeluznante, parpadeando con un destello que hacía que cualquiera se paralizara.
Xiao Yanyu casi perdió el equilibrio por el desmoronamiento del techo. Tiró de Xiao Yu y rápidamente se trasladó a otro techo. Sus ojos miraron con gravedad la apariencia de Whitey.
—¿Qué demonios? ¿Por qué la marioneta del señor…? ¿Por qué parece diferente? —Xiao Yu vio atónito cómo Whitey se alejó a toda velocidad. Su rostro lucía incrédulo.
Xiao Yanyu lo miró. Luego respondió con calma.
—Pronto sabrás por qué el propietario Bu dice que no puedes permitirte mantener a Whitey.