En la calle de la ciudad imperial, en un silencioso callejón, fuera del Pequeño Local de Fang Fang.
Cuando la fría luz de luna irradiaba y cubría el suelo, iluminaba el callejón donde un rechoncho, grande perro negro podía verse caminando como un gato, formando una larga sombra.
El perro negro grande miraba sin emoción hacia el monje calvo frente suyo, un burro calvo que se atrevió a usar una daga contra el gran perro.
En ese momento, en su corazón, Shang De sentía como si diez mil perros negros grandes estuvieran galopando hacia él. ¿Cómo podría este rechoncho y grande perro negro abrir la boca y hablar? ¿Qué iba a hacer?
Apenas conteniendo el terror en su corazón, Shang De se levantó del suelo. Pensando en cientos de posibilidades, la gravedad de la situación repentinamente cayó sobre él.