—¿Todavía no abre? ¡No hay esperanza hoy!
—¡Ya he estado aquí tres veces! ¿Qué sucede con el propietario Bu? ¿El local ha estado cerrado durante dos días? ¿Puede que estará innovando un nuevo plato?
—El propietario Bu ha cambiado, él no era así.
Una multitud se había reunido en la entrada, congestionando el callejón que solía ser un espacio tranquilo. Todos se encontraban frente al local de Bu Fang, inmersos en sus conversaciones los unos con los otros.
Las hermosas cejas de Ouyang Xiaoyi se fruncieron mientras estaba de pie en la entrada del local, ocasionalmente volvía su cabeza para mirar las puertas cerradas. Sus delicados labios se apretaron mientras pensaba: «Este jefe apestoso…¡No aviso antes de cerrar el local!».