—¡Paren lo que están haciendo! —¡el Rey Yu estaba furioso! ¡Estas personas de las sectas en verdad desobedecieron su orden!
Sin embargo, el esqueleto de séptimo grado hecho de los expertos del Palacio del Hueso Blanco ignoró por completo los gritos del Rey Yu y su mano esquelética se acercó al ataúd. Las cuencas vacías de los ojos del esqueleto estaban llenas de avaricia y anhelo.
Los ocho Reyes de Batalla que llevaban el ataúd era incapaces de soportar el aura de un Santo de Batalla de séptimo grado y sus rostros se pusieron rojos repentinamente mientras caían sobre una rodilla. El ataúd de bronce que llevaban cayó al suelo con un fuerte ruido.
¡Pum!
Un sonido sordo y pesado resonó en toda la Puerta del Misterio Celestial. Las acciones de todos se detuvieron cuando miraron subconscientemente hacia el ataúd caído.
«El ataúd tocó el suelo…¡¿El funeral ha sido arruinado?!».