En la mañana siguiente, el sol acababa de levantarse cuando el sonido melodioso de una corneta salió del palacio imperial, y pronto fue seguido por el sonido sombrío y algo lamentoso de una campana.
Era como si la durmiente ciudad imperial se acabara de despertar en ese momento. Las luces de cada una de las casas se encendieron y varios ciudadanos salieron de sus casas vistiendo gruesas capas de abrigos de algodón. Mientras exhalaban nubes blancas de aliento, se dirigieron hacia la Puerta del Misterio Celestial con sus hombros encogidos y sus cabezas escondidas en sus abrigos.
En esta marcha hacia la Puerta del Misterio Celestial, los ciudadanos estaban silenciosos y el ambiente entre ellos era triste.
Estaban lamentando lo despiadado que era el tiempo y llorando la atrofia de la vida. La lamentable partida de un fuerte líder era una pérdida tremenda para todo el Imperio del Viento Ligero.