Fuera de una habitación en una posada lujosa en la ciudad imperial.
Tang Yin estaba parado solemnemente en la puerta con sus brazos cruzados y sosteniendo una espada. Su expresión era extremadamente sombría mientras miraba en la distancia. Ondas de energía verdadera circulaban fuera de su cuerpo, apareciendo como luces brillantes en la oscuridad.
Detrás de él, el pilar de luz que se extendía al cielo estaba emanando ondas crecientes de energía. Sabía que su glotona maestra estaba avanzando al siguiente nivel. Sin embargo, esto estaba dando dolor de cabeza a Tang Yin, ya que entendía lo suficientemente bien la situación actual dentro de la ciudad imperial. En esta clase de situación, solo su maestra se atrevería a avanzar al siguiente nivel en una manera tan llamativa.
¿Cómo era esto diferente que decir a los demás que estabas allí para causar problemas?
Dentro de la ciudad imperial actual, ¿qué podría significar la aparición de un Santo de Batalla de séptimo grado? El príncipe heredero y el Rey Yu estarían completamente verdes de envidia. Después de todo, los expertos eran equivalentes a recursos importantes que asegurarían su ascenso al trono.
Como se esperaba, Tang Yin vio una figura alta y corpulenta acercándose en su dirección mientras caminaba en el aire. Exhaló suavemente mientras concentraba su atención en la figura.
—El guardián del Imperio del Viento Ligero, Santo de Batalla de séptimo grado…¿Xiao Meng? —Tang Yin murmuró mientras observaba a la figura de Xiao Meng acercándose. Esta también era su primera vez conociendo a esta legendaria figura.
Cerca, su hermana menor, Lu Xiaoxiao, había aparecido inesperadamente y se paró tímidamente detrás de Tang Yin. Su acción sorpresiva hizo que su corazón se sintiera algo cálido.
—¿Podría preguntar quiénes son, y cuál es su propósito para venir a la ciudad imperial?
Antes incluso de llegar, la voz imponente de Xiao Meng ya los había alcanzado, como si un aura intimidante hubiera aterrizado sobre Tang Yin, haciendo que su cuerpo temblara ligeramente.
—Somos miembros de la Secta del Arcano Celestial. Por favor tenga la seguridad de que nuestra maestra y nosotros hemos venido sin malas intenciones —Tang Yin dijo con un saludo de puño y palma a Xiao Meng, sin comportarse ni servil ni arrogante.
Con sus manos detrás de su espalda, Xiao Meng se acercó lentamente paso por paso mientras sus mangas revoloteaban detrás de él. Con una expresión solemne, pronto aterrizó frente a Tang Yin.
—¿La Secta del Arcano Celestial? Justo después de que Su Majestad falleciera, la Secta del Arcano Celestial envía a un Santo de Batalla de séptimo grado al Imperio del Viento Ligero. ¿Y me dice que no tienen malas intenciones? ¿Realmente espera que lo crea? —Xiao Meng dijo suavemente mientras las esquinas de su boca se curvaban hacia arriba, aparentemente con tono de burla hacia Tang Yin.
Tang Yin realmente estaba en una situación difícil. En verdad no tenían ninguna mala intención. Su único propósito para venir a la ciudad imperial era para obtener la hierba de sangre de fénix de las manos de Bu Fang… Ahora que las cosas habían alcanzado este punto, Tang Yin se sentía impotente.
La glotonería era la culpable. Tang Yin no sabía si reír o llorar. Si esa maestra glotona suya no hubiera comido cada uno de los platos en el local de Bu Fang, todo estaría bien.
Mientras soportaba la liberación deliberada del aura de Xiao Meng, Tang Yin solo pudo enfatizar una vez más su falta de malas intenciones.
El pilar de luz dentro de la habitación estaba disminuyendo rápidamente. Evidentemente, la persona adentro había completado su avance y estaba ocultando su aura. Pronto, el pilar de luz desapareció por completo…
Tap tap tap.
El sonido de pisadas se podía escuchar. Zhao Musheng se acercó lentamente con sus ojos entrecerrados y una sonrisa en su rostro.
—General Xiao, sea gentil con ellos. Son nuestros invitados después de todo. Es extraño que expertos de la Secta del Arcano Celestial aparezcan en la ciudad imperial. Como el huésped, deberíamos mostrar etiqueta adecuada.
La voz de Zhao Musheng era muy amable, revelando su astucia manejando asuntos. Su actitud jovial hacía que nadie pudiera enojarse con él.
Sin embargo, Xiao Meng se puso furioso en el momento en que vio el rostro de Zhao Musheng. Pensó: «Este astuto viejo zorro, inesperadamente es un Santo de Batalla de séptimo grado. Todos fuimos engañados por él por tanto tiempo… No me sorprende por qué Su Majestad siempre estuvo en guardia contra Zhao Musheng mientras seguía vivo. La verdad era que ya se había dado cuenta que este astuto viejo zorro no era simple».
Era un Santo de Batalla de séptimo grado y aun así ocultó su nivel de cultivación por tantos años. ¿Cuál era su identidad? ¿Cuál era su objetivo? Xiao Meng no sabía nada.
Por lo tanto, Xiao Meng no estaba feliz en lo más mínimo por ver a Zhao Musheng.
La presión que Tang Yin estaba sintiendo aumentó aún más. El general del imperio y el ministro de la izquierda eran personas distinguidas. El aura que ambos liberaban subconscientemente hizo estremecer su corazón.
Justo cuando Tang Yin sintió la presión sobre él aumentar aún más, la puerta de la habitación detrás de él se abrió de repente. Sopló una ola de energía verdadera parecida a una brisa, borrando la presión sobre Tang Yin como nieve derritiéndose.
Una figura envuelta en túnicas largas salió de la habitación.
—Maestra —Tang Yin y Lu Xiaoxiao gritaron apresuradamente.
Xiao Meng y Zhao Musheng también miraron hacia la dirección de la puerta, y vieron a una mujer vistiendo un velo.
Los ojos de Zhao Musheng se contrajeron. Reconoció de inmediato la identidad de esta mujer con una mirada y estaba ligeramente sorprendido… La tercera mayor de la Secta del Arcano Celestial era una identidad extremadamente distinguida. ¿Cuál era su objetivo para venir a la ciudad imperial?
Xiao Meng entrecerró sus ojos ante la mujer frente a él. La ola de energía verdadera que brotó todavía no se había disipado y pudo sentir un rastro de peligro. Esta mujer… no era simple.
—Zhao Musheng, ha pasado mucho tiempo… El hombre de mediana edad de aquel entonces se ha convertido en un hombre anciano —dijo Ni Yan con una débil sonrisa.
Las esquinas de la boca de Zhao Musheng se curvaron hacia arriba mientras suspiraba con sentimiento: —El mocoso de aquel entonces ha crecido a un personaje distinguido. La Secta del Arcano Celestial de hecho no es simple.
—¿Qué propósito tiene su excelencia para entrar en nuestra ciudad imperial? —dijo Xiao Meng frunciendo el ceño. Por lo que parecía, la otra parte parecía estar bastante familiarizada con Zhao Musheng. ¿Podría también Zhao Musheng ser un miembro de la Secta del Arcano Celestial?
El rostro devastadoramente hermoso de Ni Yan se volteó hacia Xiao Meng y la sonrisa en su rostro desapareció. Levantó su mano y señaló hacia Zhao Musheng. Dijo: —Lo que sea que él está haciendo en la ciudad imperial, nosotros estamos aquí… para hacer lo mismo.
En el momento en que Zhao Musheng escuchó esas palabras, casi vomitó una bocanada de sangre. Luego de tantos años, esa mocosa seguía siendo tan traviesa como siempre. Con una sola oración, él estaba siendo directamente arrastrado con ella.
Cerca, Tang Yin y Lu Xiaoxiao estaban estupefactos. ¿Qué estaba diciendo su maestra? ¿No era su objetivo para entrar a la ciudad imperial simplemente obtener la hierba de sangre de fénix? ¿Cuándo tuvieron otros objetivos?
—Qué tonterías está diciendo, este viejo se ha estado quedando en la ciudad imperial por todos estos años. Escalar rangos hasta la posición de ministro de la izquierda fue todo por el bien de servir al imperio —dijo Zhao Musheng riendo entre dientes, indicando que su propósito para quedarse en la ciudad imperial era puro.
Xiao Meng rio entre dientes. Quién creería las tonterías de Zhao Musheng.
—¿Qué? ¿Viejo? ¿Estoy equivocada? ¿Por qué no peleamos, y quien gane es quién está diciendo la verdad? ¿Qué le parece? —Ni Yan dijo con una risa alegre mientras sus grandes ojos observaban a Zhao Musheng.
Zhao Musheng frunció sus labios y negó con la cabeza. De inmediato se volteó y comenzó a retirarse sin quedarse por mucho tiempo.
—Estos viejos huesos míos no podrían soportar el tormento.
Xiao Meng miró significativamente a Ni Yan, pero naturalmente Ni Yan no estaba asustada. A pesar que Xiao Meng era el guardián del Imperio del Viento Ligero, ella no le tenía miedo. Después de todo, Ni Yan acababa de alcanzar un avance y su confianza estaba bastante elevada.
Xiao Meng también se retiró. No molestó mucho a Ni Yan.
Luego de que Xiao Meng se retirara, una imperiosidad apareció gradualmente en los grandes ojos de Ni Yan. Escaneó los alrededores y luego su dulce voz resonó, propagándose en los alrededores de la posada.
—¡Todos los Tom, Dick y Harry en los alrededores, piérdanse! ¡No vengan a molestarme, no quiero ver a nadie!
Los rostros del Rey Yu y el príncipe heredero que estaban en camino se volvieron negros de inmediato… El temperamento de esta Santa de Batalla mujer parecía ser un poco violento.
…
Bu Fang, que se había metido en su cama y estaba por dormir, fue despertado de repente por un grito femenino. Se frotó los ojos somnolientamente. Por alguna razón, encontró esa voz extrañamente familiar. Sin embargo, luego de pensarlo por un rato, no pudo encontrar la razón de la familiaridad y volvió a dormir. Estaba extremadamente cansado luego de preparar una cocina de elíxires.
Sin lugar a dudas, su primer intento de preparar la cocina de elíxires había fracasado. Había fracasado no porque no fuera comestible, sino porque no cumplió con las expectativas de Bu Fang. No reflejó completamente los efectos medicinales de la cocina de elíxires y también cometió algunos errores mientras infundía su energía verdadera.
Xiao Yue había proporcionado una sola porción de los ingredientes, así que no se podían cometer errores. Por lo tanto, Bu Fang debía revisar los errores de ese día para obtener el éxito al día siguiente.
Cuando el sol se levantó al día siguiente, la ciudad imperial empezó su ajetreado día.
Dentro del palacio imperial, varios eunucos y mujeres de la corte estaban ocupados haciendo las preparaciones dentro del majestuoso Salón Principal. Quedaban solo dos días más antes del funeral del emperador y todavía quedaban asuntos que debían ser preparados. La atmósfera dentro del palacio era algo triste.
Fuera de la Puerta del Misterio Celestial, Ji Chengxue, vestido con una túnica blanca, estaba caminando lentamente hacia el Salón Principal. Sus ojos estaban llenos de emociones complicadas.