—Gracias, Sénior Han —contestó pronto la suave voz de Shi Yao.
Fue sólo después de escuchar la respuesta de Shi Yao que Lin Jiage consiguió calmarse, y lentamente giró la cabeza devuelta.
Sénior Han... Parecía que eso era todo lo que había en su relación.
Probablemente sólo era una cena normal entre compañeros de universidad...
Pensando así, Lin Jiage movió sus palillos y continuó escarbando en su comida.
Pero apenas después de recoger una rebanada de pescado con sus palillos, el hombre a quien Shi Yao se dirigió como Sénior Han habló una vez más.
—Shi Yao, come esto, ya quité los huesos de éste...
La mano de Lin Jiage tembló, haciendo que la rebanada de pescado se deslizara desde su palillo y volviera al plato. La salsa salpicó y manchó su camisa blanca.
Si hubiera sido en otra ocasión, su lado fastidioso habría buscado inmediatamente un pañuelo de papel para limpiarse la camisa, pero esta vez no lo hizo. En vez de eso, se dio la vuelta y miró a las exuberantes hojas verdes que había detrás de él una vez más.
¿Ustedes dos están familiarizados el uno con el otro? ¿No la escuchaste llamándote Sénior Han? Con una forma tan educada de hablar, ¿no crees que estés siendo demasiado íntimo al deshuesar un pez para ella?
Gruñendo por dentro, Lin Jiage giró su cuello hacia la mesa que tenía detrás de él. Pero no importaba como entrecerrara los ojos, todo lo que tenía a la vista eran esas exuberantes y verdes hojas.
Cuando entró antes en el restaurante, se había alegrado de que estas plantas verdes lo escondieran. Pero en ese momento, no le quedaba más que hostilidad hacia ellas. ¿Qué clase de atroz diseño de interior era éste? Para llenar el restaurante con tantas plantas verdes, ¿no temían los dueños que pudieran atraer mosquitos a su restaurante?...
Justo cuando Lin Jiage estuvo a punto de levantarse, Shi Yao, que acababa de tragarse un bocado de comida, respondió: —Gracias, Sénior Han, pero no hay necesidad de que te molestes. Puedo comer por mi cuenta.
¡Eso es, eso es! Panecillo Suave ya cumplió diecinueve años éste año. ¡No es como si fuera una niña de tres años que necesita tu excesiva preocupación!
La indiferencia en el tono de Shi Yao alivió la irritación que Lin Jiage sentía, permitiéndole refrescarse una vez más.
—Sénior Han, tú también deberías comer. La comida no sabrá tan bien fría...
Shi Yao volvió a instar.
Lin Jiage no se dio la vuelta esta vez, pero empezó a apuñalar el pescado de su plato con sus palillos.
Si la comida no sabe bien fría, deberías terminar la cena...
Hubo un silencio muy largo detrás de él.
Como si el aire entre ellos se volviera silencioso e incómodo. Parecía que los dos no estaban muy familiarizados el uno con el otro después de todo...
Lin Jiage recogió lentamente una rebanada de carne del pescado que había destrozado con sus incesantes pinchazos, pero antes de que pudiera llevársela a la boca, ese Han-o-como-se-llame de repente rompió el silencio.
—Shi Yao, tengo algo que decirte…
Hay algo malo en su tono...
Sintiendo que algo andaba mal, Lin Jiage dejó de comer y levantó las orejas.
...
Absorta en atacar al pez que se encontraba frente ante ella, Shi Yao no notó la anomalía en la voz de Han Jing en absoluto. Con un ligero asentimiento, ella respondió distraídamente: —Sénior Han, siéntete libre de hablar.
Mirando intensamente a Shi Yao, cuyas mejillas estaban hinchadas por haberse llevado demasiada comida en la boca, Han Jing tragó nerviosamente un bocado de saliva.
Desde el mismo momento en que puso sus ojos en ella mientras visitaba a He Tiantian en su dormitorio, ya se había enamorado de ella.
Había pasado medio año desde entonces, pero todavía no había encontrado el valor para confesar sus sentimientos.
Fue por casualidad que se enteró por He Tiantian que ella vendría a ver un partido hoy, así que a pesar de no estar interesado en e-sports, compró una entrada y vino.
La verdad es que no tenía la intención de confesarse hoy, pero al ver cómo ella adorablemente se tragaba la comida ante ella, su corazón dio un vuelco. De repente sintió el impulso de confesarse con ella y éste impulso sólo parecía hacerse más fuerte por momentos...
Cerró los ojos por un segundo y respiró hondo. Cuando los volvió a abrir, su mirada se había vuelto mucho más seria que antes, incluso su tono se había vuelto solemne.
—Shi Yao, yo... Me gustas. ¿Querrías…? ¿Querrías ser mi novia?