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Lin Jiage se quedó en silencio por la sorpresa durante bastante tiempo. Un cierto comentario que había visto en internet cruzó por su mente: [¡Q-qué ambicioso eres!]
Hizo todo lo posible por calmarse antes de volver a la conversación una vez más. Mientras exploraba los alrededores en busca de enemigos, preguntó con un tono indiferente que sugería que estaba entablando una conversación casual: —¿Tienes algún sueño?
—¡Por supuesto que sí! ¿Quién no tiene sueños? —Shi Yao respondió con naturalidad. Sin esperar a que Lin Jiage le preguntara cuál era su sueño, reveló lo que era con honestidad—. ¿Sabes cuál es mi sueño? ¡Es que llegue un día en que todos los restaurantes del mundo sean gratis!
Mientras que los sueños que otros albergaban eran convertirse en científicos, campeones mundiales o magnates número uno en el mundo, su sueño ya había infringido en el reino de la fantasía...