Gu Nanqiang: —Gracias, cuñado.
Las dos menciones de la palabra cuñado dejaron el corazón de Lin Jiage en plena floración, y sintió como si estuviera caminando sobre las nubes. Fue en tanto así que, incluso él, que nunca antes había elogiado a una sola persona en su vida, no se dio cuenta de lo dulce que se había vuelto su boca: —Nanqiang, debo decir que realmente eres una persona guapa. Eres alto con un buen físico, tus cejas son gruesas, tus rasgos faciales son muy distintivos, e incluso tu vestimenta también está muy de moda...
Esas palabras hicieron que Shi Yao dirigiera una mirada muy extraña hacia Lin Jiage.
Por qué... ¿actúa tan raro hoy? Él es completamente diferente a como es usualmente... Por alguna razón, realmente estoy viendo rastros de un lame botas en él hoy... No sólo eso, sigo recibiendo vibras muy extrañas y aterradoras de él. ¿Es él el que es raro, o estoy pensando demasiado en ello?
