Shi Yao frunció el ceño, parecía que varias cosas eran un poco más... complicadas de lo que ella se había imaginado inicialmente...
En otras palabras, esa persona no cambió recientemente. O quizás, esa persona había sido así desde el principio, sólo que se dio cuenta un poco tarde.
...
Saliendo del baño, Lin Jiage hizo un gesto a Shi Yao y le dijo: —Vamos.
La joven tenía la cabeza baja y no respondió a sus palabras.
—¿Shi Yao? —perplejo, Lin Jiage gritó una vez más. Entonces, mirando más de cerca, notó un surco contemplativo entre las cejas de ella, aparentemente ignorando su presencia. Así, se acercó y puso su mano sobre su cabecita y suavemente revolvió su cabello—. ¿En qué estás pensando?
Shi Yao instintivamente levantó la cabeza para mirar a Lin Jiage antes de desechar apresuradamente sus pensamientos. Rápidamente comenzó a arreglarse el cabello mientras se quejaba descontenta: —No estoy en las nubes. Además, no me estropees el pelo.
