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Si ella lo soltara ahora y lo ahogara en la bañera, ¿se consideraría un asesinato?
Si no lo era, ¡ella realmente quería hacerlo!
Vio los círculos oscuros alrededor de sus ojos y luego preguntó: —¿Cuánto tiempo ha pasado desde la última vez que comiste o dormiste?
—No mucho tiempo. No he dormido en dos días y no he comido en un día... —Qi Yan respondió débilmente y se inclinó en sus brazos—. Pero, después de mirarte, ya no siento tanta hambre.
—…
Dos días sin dormir y un día sin comer. No es de extrañar que estuviera tan débil.
Realmente no le importaba su cuerpo. ¿Cómo podía reírse cuando estaba en ese estado?
Qi Yan vio su ira y sonrió más brillantemente.
No le dijo que estaba feliz porque finalmente hubo un gran avance en el proyecto de investigación.
Había sido mucho más rápido de lo que esperaba.
Pensando en esto, se acurrucó contra su pecho y le preguntó: —No has contestado si quieres bañarte conmigo...