—¡Cuando el Joven Amo Han la vea, en definitiva, estará tan hipnotizado que querrá esconderla y no dejar que nadie más la vea!
Era la primera vez que la maquilladora veía a una novia tan hermosa, y ella misma no podía apartar la vista de Nian Xiaomu.
No pudo evitar continuar expresando sus halagos por su belleza.
Al ver que Nian Xiaomu no tenía más instrucciones para ella, empacó sus cosas y salió de la sala.
La sala quedó vacía, dejando a Nian Xiaomu sentada sola frente a la mesa de tocador.
Al ver su reflejo en el espejo, ella sintió como si estuviera viendo a una extraña.
Ella comenzó a tocarse su propia cara lentamente.
En su cabeza apareció un recuerdo. Ella recordó cuando empujaba a Tan Bengbeng hacia una silla y le insistía en ponerle maquillaje.
Las facciones de Tan Bengbeng eran delicadas, pero tenían un rastro frío.
La apariencia que ella tenía con su cara desnuda acentuaba su distanciamiento.