Zheng Yan respondió apresuradamente.
Inmediatamente después, ella preguntó con cautela: —¿Debería hacer un reporte policial?
Mientras ellos dos estaban conversando, los carros que los seguían parecieron haberse dado cuenta de que habían sido descubiertos y, de repente, comenzaron a acelerar imprudentemente.
¡Sencillamente chocaron contra la parte trasera de su carro!
¡Con un fuerte "bam", todo el automóvil se sacudió hacia delante de golpe!
Llevando a Nian Xiaomu todavía en sus brazos, Yu Yuehan se aferró al espaldar del asiento delantero para obtener apoyo, para así no salir disparado del carro.
Él bajó su cabeza ansiosamente para chequear a Nian Xiaomu.
Sólo después de asegurarse que ella estuviera bien, finalmente soltó un suspiro de alivio.
Mientras sus ojos se habían hundido, una mirada fría se mostró en los mismos.