Shangxin cogió la cuchara, revolvió la medicina e iba a tomarla.
Se tapó la nariz y abrió la boca.
Cuando sus labios tocaron un lado del frasco, una mano golpeó la medicina que estaba sosteniendo.
*¡BAM!*
El frasco de la medicina cayó al suelo y se hizo añicos.
La medicina negra se derramó por todas partes...
Shangxin miró hacia arriba conmocionada. Se giró y se dio cuenta de que Tang Yuansi estaba pálido.
La expresión de su cara era peor que la de ella.
—¡Hermano Xiaosi!
—Fue sin querer. Le diré al mayordomo que te traiga otro frasco de medicina. Acabo de recordar que tengo que trabajar. Voy a ir al estudio. —Tang Yuansi se levantó de la silla y salió de la habitación con prisa.
Se fue tan rápido que Shangxin ni siquiera tuvo tiempo de hablar.
Parpadeó confundida mientras miraba la medicina en el suelo.
Ella sintió que su reacción de hoy había sido extraña.