Una vez que la Matriarca Yu terminó de hablar, ella se estiró para masajear sus sienes. Parecía que ella estaba cansada de tanta conversación.
Ella no le dio ninguna oportunidad a los tíos para que hablaran. Con un movimiento de la mano de ella, el mayordomo procedió a despachar a los invitados.
La Matriarca estaba envejeciendo.
No obstante, alguna vez ella educó a todos los tíos que estaban presentes cuando ellos eran chicos. Es por ello que, aunque todo el mundo tenía sus propias opiniones después de que ella hablara, por lo pronto, solamente podían guardarlas para ellos mismos.
Todos ellos se miraron a los ojos y se marcharon juntos de la mansión.
Después de que el mayordomo diera las instrucciones para limpiar los trozos de cerámica que estaban en el piso, él hizo lo propio y se fue de la sala de estar.
La sala de estar se puso espaciosa y vacía inmediatamente.
—Abuela…