Cuando estas palabras salieron de la boca de Fan Yu, la manera cómo la mirada de Xing Li cambió fue evidente.
Con asombro, ella levantó su cabeza para verlo.
Quería decir algo, pero Fan Yu no tuvo la paciencia para escuchar lo que ella tenía que decir. Él estrechó su mano, la sacó de la puerta y la llevó hacia el carro que estaba detrás.
¡Abrió la puerta del auto, metió a Xing Li dentro del mismo y cerró la puerta!
Él se volteó para darle las instrucciones al guardaespaldas y dijo: —Vigílala. ¡Si ella se las arregla para salir del automóvil, no tienes que venir a trabajar más!
—¡Sí, Joven Amo Fan! —le contestó el guardaespaldas, quien estaba empapado de un sudor frío.
Luego de que terminara de contestar, el guardaespaldas se dio cuenta de que él no era un subordinado de Fan Yu.