Nian Xiaomu le agarró cuellopor la sorpresa e iba a gritar, cuando, en ese momento,la estabilizó con sus brazos y juntos caminaron hasta la oficina.
Estaba un poco aturdida y quería decirle que podía caminar por su cuenta.
Sin embargo, miró sus ojos gélidos. No pudo abrir la boca y silenciosamente se contuvo de lo que quería decir.
Simplemente le permitió cargarla de vuelta a la oficina del presidente.
—Ve y busca una compresa de hielo —le dijo con voz suave luego de dejar a Nian Xiaomu en el sofá.
Instintivamente quiso levantarse, pero al segundo siguiente, su hombro fue aprisionado por él.
—¡No te muevas!
Nian Xiaomu: —…
¿No le había pedido que buscara una compresa de hielo? ¿Cómo podría conseguir una si no se podía mover?
Cuando se le quitó de encima, se percató de que el asistente estaba parado frente a ellos.
Ella tosió dos veces y se sentó.