—¿...?
Las manos de Yu Yuehan se congelaron en mitad del movimiento y su atractivo rostro tomó un tono oscuro de negro.
Miró hacia atrás conmocionado, y cuando vio a Xiao Liuliu metida en los brazos de Nian Xiaomu, sus cejas se fruncieron en una línea.
*¡Cof cof!*—dejó salir dos toses ligeras.
La pequeña cabeza de Xiao Liuliu giró y pareció notarlo recién en ese momento. Luego se deslizó por el cuerpo de Nian Xiaomu y corrió hacia él.
—¡Papi, llévame!
Yu Yuehan alzó a su pequeña princesa y pellizcó sus mejillas rosadas.
Su expresión abatida empezó a suavizarse.
Su pequeña princesa había saltado a los brazos de Nian Xiaomu sólo porque no lo había visto a él primero.
Xiao Liuliu era tan pequeña que era normal que su visión no fuera tan buena.
—Joven amo, su automóvil lo espera. ¿Quiere ir a la oficina ahora? —preguntó el mayordomo respetuosamente, luego de llegar con prisa desde afuera.