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Chapter 5 - Capítulo 5 – ¡Caída En Sus Manos!.

Nian Xiaomu se preparó diligentemente para la entrevista y se fue de su casa muy temprano al día siguiente.

Cuando descendió del auto en la dirección del lugar detallado en el formulario de reclutamiento, fue atrapada en un trance.

La mansión Yu estaba justo frente a sus ojos, con el patio extendiéndose muy lejos en la distancia.

La familia Yu era realmente el mayor clan en Ciudad H. Tan sólo la fachada de la mansión era lo suficientemente intimidante como para que uno sintiese el más grande respeto y asombro.

En ese momento había una gran multitud empujándose unos a otros en la puerta de entrada de la mansión. La cosa no se veía como una conducción de reclutamiento de enfermeras. En vez de eso, parecía el emperador seleccionando a su consorte en tiempos antiguos.

Nian Xiaomu había investigado sobre su empleador antes de ir a la entrevista.

Yu Yuehan era el solterón más idóneo en Ciudad H. Era soltero, pero tenía una hija de tres años de edad.

Dominante, imperioso, insensible...

¡Ella incluso había oído que éste "joven amo Han" era indiscutiblemente atractivo!

Mientras veía todos esos comentarios en Internet, de pronto pensó en el idiota que le había robado su primer beso en el hospital el día anterior.

Se preguntaba, entre ese hombre y Yu Yuehan, ¿quién se vería más guapo?

—Aquellas que se registraron, síganme —el mayordomo apiló los currículums frente a él. Luego se dio la vuelta y entró a la casa.

Había dado tan sólo unos pocos pasos cuando se detuvo súbitamente.

Muy rápido, todos se detuvieron y se alinearon para estar en posiciones firmes, mirando respetuosamente hacia la puerta de entrada de la mansión…

Al momento siguiente, un ostentoso auto deportivo pasó por la entrada...

—Joven amo...

El espontáneo saludo que salió al unísono reflejaba cuánta estima le tenían a esta persona.

Luego, el auto desapareció dentro del lugar.

—¡Ey! ¿Por qué están paradas ahí? —El grito que resonó en sus oídos hizo que Nian Xiaomu saliera de su estupor.

Dándose cuenta de que se estaba quedando detrás del resto del grupo, y sintiendo la molestia de los guardias de seguridad detrás de ella, todo en lo que podía pensar en ese momento era en ese familiar perfil en el auto que acababa de pasar...

¿Sus ojos la estaban engañando?

¡En la villa Yu, había visto a aquel témpano de hielo que había chocado contra ella!

En frente del opulento vestíbulo de la mansión, el mayordomo tenía una expresión severa en su rostro mientras se quedaba al lado de la mesa y miraba al entrevistador hablar con las personas que habían logrado llegar a la última etapa.

De pronto, una voz sorprendida exclamó:

—¡Nian Xiaomu, ¿qué estás haciendo aquí?

—…

Nian Xiaomu miró hacia arriba, agudizando su vista al reconocer a la persona en frente de ella.

—No me digas que tú también estás aquí para la entrevista —Fang Zhenyi se cruzó de brazos con una mirada de desdén —. Eres tan sólo una enfermera hecha a medias. ¿Qué calificaciones tienes para cuidar de la preciosa pequeña señorita?

—…

Cuando Nian Xiaomu oyó que decía eso, el punto entre sus cejas se tensó.

Ella se había unido al programa de enfermería en la mitad del curso, y Fang Zhenyi había resultado ser su compañera. Además de ser la mejor estudiante en la clase.

—Nian Xiaomu, ¿qué derecho tienes para competir conmigo? —Fang Zhenyi se acercó a ella altivamente, exudando un aire de arrogancia y soberbia.

Desde que Nian Xiaomu se había unido al curso, Fang Zhenyi había perdido su lugar como la bella de la clase.

¿Cómo podía esta chica, aparte de su belleza, compararse con ella?

—Mire, mayordomo, Fang Zhenyi parece ser bastante buena. Sus calificaciones y experiencia son las más sobresalientes entre todas estas personas...

Cuando oyó al entrevistador mencionar su nombre, Fang Zhenyi levantó la cabeza y se enderezó inmediatamente.

Su imagen virtuosa y digna, junto con su bonito rostro, de verdad la hacían parecer muy profesional.

—Sí, no está nada mal —El mayordomo la miró y asintió con la cabeza.

La pequeña señorita era la luz de los ojos de su joven amo.

La enfermera que fuese reclutada tenía que ser la más excelente. Si algo malo pasaba, todos estarían hundidos hasta el cuello.

A éste punto, Fang Zhenyi sentía que la victoria ya era suya; Regodeándose en su deleite, dejó salir:

—Nian Xiaomu, es mejor que te rindas voluntariamente ahora si sabes dónde estás parada. De lo contrario, ¡Enfrentarás una humillante derrota!

Los ojos de Nian Xiaomu se estrecharon. Justo cuando iba a decir algo, se dio cuenta de que el mayordomo se levantaba abruptamente.

Incluso la gente al lado de él se puso de pie con prisa.

Esta escena se sentía un tanto familiar...

Al segundo siguiente, una figura imponente se acercó caminando lentamente.