Qi Yan nunca dejaría escapar una oportunidad tan buena. Mientras yacía en el sofá de la sala de estar, comenzó a actuar lamentablemente para buscar la atención de alguien en particular.
"Bengbeng, me duele el pecho y realmente no puedo respirar bien..."
"..."
Tan Bengbeng estaba enviando un mensaje de texto a Nian Xiaomu en su teléfono celular. Cuando escuchó su voz, levantó la cabeza y lo miró.
Qi Yan, que estaba acostado en el sofá, se quitó el abrigo.
Vestido solo con una camisa, sostenía su cabeza con una sola mano y se quejaba de que le dolía el pecho al mismo tiempo. Sin embargo, no se pudo detectar ni un solo indicio de incomodidad en sus ojos diabólicos.
Tan Bengbeng puso los ojos en blanco y siguió mirando su teléfono celular.
Ella murmuró suavemente.
"El momento de la cancelación pasó hace mucho tiempo. ¿Por qué Xiao Mumu no ha regresado todavía? Tampoco está respondiendo a mis mensajes..."
