Jiang Zuo no extendió la mano para aceptar el regalo, en cambio, él miró fijo a Xue Yaoyao y dijo con una leve voz: —¿Planeaste irte temprano?
Xue Yaoyao no estaba segura de si el regalo le pareció muy barato, para ser honesta, el valor del regalo de ella no podía compararse con el de los otros, como un auto de lujo o un reloj de diseñador.
Xue Yaoyao no quería quedarse mucho más, porque ella no era adecuada para esos arreglos. Más que tener cuidado con los trucos desagradables que usaban los demos, ella prefería ir al cibercafé con Su Alteza Jiu.
—La Liga Nacional empezó. Necesito practicar.
Xue Yaoyao le dio el regalo a la recepcionista al lado de Jiang Zuo cuando ella vio que él no respondía.
La mirada de Jiang Zuo se volvió extremadamente fría al ver eso.
—¿Ya cambiaste de objetivo de nuevo?
Eso, con éxito, hizo que la espalda de Xue Yaoyao se congelara.
Fu Jiu curvó hacia arriba los labios y agarró a Yaoyao por el brazo.