—Yo debería decirte lo mismo. Practica tus técnicas, así no haces que aniquilen al equipo tan pronto como empieza el juego.
Fu Jiu tenía una mano en el bolsillo y lanzó una amenaza eternamente más natural que los demás.
—¿Quien hablaba de una aniquilación de equipo?
Esa persona extendió la mano para tirar del cuello de Fu Jiu.
El joven de pelo plateado fue un paso más rápido y movió el cuerpo al costado mientras sonreía.
Como la persona no controló bien su fuerza, se chocó contra el asiento al lado de él. Era imposible perderse el escándalo ruidoso que causó el chico grande.
Por un momento, todos miraron a donde estaban ellos.
Esa persona era bastante delgada y quería golpear al joven hombre por hacer que perdiera el respeto.
Pero, cuando giró, vio a Qin Mo. Ellos tenían más o menos la misma altura. Qin Mo solo lo miraba sin hacer nada. Él tuvo la ilusión de que ya lo había derrotado.
—Wang Lei, suficiente.
