Justo cuando Qin Mo estuvo a punto de controlar su atención, hubo un cambio notable en los ojos del joven.
Semejante placentera sorpresa no podía engañar a nadie. Se veía como si hubiera fuegos artificiales que explotaban en su mirada.
Él se veía como si estuviera de buen humor entre su belleza.
Él miraba al joven caminar hacia adelante y ayudar a subir a la persona.
Como tal, la figura de Xue Yaoyao apareció ante ellos.
—Perdón. Algo pasó en el camino.
El pelo de Xue Yaoyao era un desastre. Alguien, deliberadamente, había intentado detenerla mientras ella caminaba hacia adelante.
La mujer de mediana edad era bastante rara; insistió en darle un sermón antes de dejarla irse.
Xue Yaoyao estaba apurada y hasta tenía entrecortada la respiración. Ella no se dio cuenta del arañazo en el rostro en lo absoluto.
Se veía como un arañazo de uña.
Con una mano en el bolsillo trasero, Fu Jiu le tocó el rostro con la otra mano.