Su Mei de verdad sabía cómo manejar las relaciones interpersonales. Ella agarró el brazo de Fu Zhongyi de inmediato y, mientras consolaba a Fu Zhongyi, le dijo a Fu Jiu: —La salud de tu padre no estuvo bien este tiempo. La gente sentada aquí son todos tus superiores. Yo generalmente puedo hacer la vista gorda por tu falta de respeto, pero, ¿pensar que trajiste tu patineta para lastimar a otros? No perteneces aquí. Como tu tía, te aconsejo que te vayas ahora, de otro modo, la situación solo va a ponerse fea si esto continua. No es bueno ni para ti ni para tu madre.
Luego de escuchar eso, Fu Jiu giró la cabeza y sonrió. Ella se paró enfrente de He Honghua, puso una mano en el bolsillo y miró hacia abajo a Su Mei.
—Ya que eres solo la secretaría, deberías estar parada ahí, callada, y hacer lo que se te requiere. Una conversación entre nuestros miembros de la familia no es de tu incumbencia.
—Tú…
Su Mei entrecerró los ojos.