—Te dije que era una trampa.
— Ese hermano mayor es aún más severo que mi papa. ¡No compró dulces para el hermano bonito, que miedo!
—¡El hermano bonito debe ser tan miserable al ser su pequeño bebé!
—¿Verdad? ¡Pobre hermano mayor bonito!
Los pequeños cabezas de tulipán[1] asintieron.
El asistente de la tienda escuchó esto y estaba a punto de tener un ataque cardíaco de la vergüenza.
Fu Jiu tomó los dulces y, con el apoyo de su otra mano, saltó dentro de la tienda. El gesto era muy atractivo, y mientras se paraba en sus largas piernas, le guiñó un ojo a una de las chicas, se inclinó y dijo gentilmente: —Te diré un secreto. Ese hermano mayor está ebrio. Hice todo eso para hacerlo feliz. Y, por cierto, ¡estoy muy viejo para ser su hermano bebé!
—¿Él bebió?
Los cabezas de tulipán se reunieron nuevamente y miraron al Todopoderoso Qin como si no fuese humano.