—Les damos la bienvenida al Sistema Divino de los No-Muertos. Definitivamente no te arrepentirás de esta decisión. —el Dragón Tirano de la Muerte abrió la boca y dijo.
—Esta es definitivamente la decisión más sabia que harás en esta vida. —una vez que el Dragón Tirano de la Muerte empezó a hablar, no había quien lo detuviera. Hablaba sin parar.
De repente, las palabras del Dragón Tirano de la Muerte se ahogaron. Un indicio de shock apareció vívidamente en su rostro.
Murmuró: —Muy bien, entonces. Vengan conmigo. El resto de ustedes también vienen. —la última frase estaba destinada a Gao Peng y a los demás.
Llegaron a un vasto cementerio. Hasta donde podían ver en toda la ciudad subterránea, había lápidas negras por todas partes.
La expresión de Tonto cambió ligeramente. Sintió que había respiraciones que no se habían disipado bajo esas lápidas. Parecía haber algo escondido debajo de ellas.
