Tres días después, una ola de reglas vino del nido de la Hormiga Dragón.
Todos los familiares se reunieron fuera de la cueva, esperando que saliera la Hormiga Dragón.
Un momento después, la Hormiga Dragón salió de la cueva con la espalda encorvada.
—Maestro. —la Hormiga Dragón saludó a Gao Peng.
—Parece que ha sido fructífero.
—Todo gracias al entrenamiento del Maestro. —dijo Hormiga Dragón. Cuando la dijo esto, siete voces diferentes salieron de su boca.
Algunas eran altas y otras bajas; algunas eran firmes y otras agudas.
Las diferentes voces se mezclaron y salieron de la boca de Hormiga Dragón, haciéndola parecer particularmente espeluznante.
—De nada —dijo Gao Peng con frialdad—. Es el resultado de tu duro trabajo. Simplemente te di una oportunidad. Tú fuiste el que llegó hasta aquí.