—Padre.
Una débil Ola Espiritual fue transmitida a la mente de Doradito.
La expresión de Doradito se volvió rígida. "¿Por qué siempre me pasan estas cosas desafortunadas?"
—¿Padre?
El pequeño caparazón estaba un poco confundido, su conciencia no era fuerte, y parte de su sensibilidad a ciertas emociones era muy débil. Estrictamente hablando, era simplemente un recién nacido que actuaba de acuerdo a su instinto.
No tenía ninguna conciencia subjetiva. De lo contrario, no habría considerado a la primera persona que vio como su padre. Ahora, estaba actuando completamente por instinto.
—No soy tu papi.
Doradito suspiró impotente. "Sigo siendo un inocente pato amarillo. ¿Cómo podría tener una hija que es una concha? No envidio a ese tipo, Gran Mar Gordo."
—¡Los dos somos calvitos! Tú debes ser mi padre —dijo la almeja blanca con su voz de bebé.
Doradito se quedó boquiabierto, sorprendido.