Mientras Gao Peng llevaba a Alexis en sus brazos, pensó en la pareja casada. No le habría importado llevar a dos personas más, ya que Bebé Cuarto no se vería afectado si dos o tres personas más viajaban sobre su espalda.
Pero, la pareja casada no expresó su voluntad de irse con él. Si hubieran tenido la necesidad de irse, se habrían ido con el batallón. Creía que el país ártico no era tan loco y ridículo como para no acomodar a una mujer embarazada que estaba a punto de dar a luz. Como no se fueron, significaba que quisieron quedarse.
Gao Peng pudo adivinar sus pensamientos. Anticipaban apostar todo de un tiro durante la próxima guerra yendo contra la corriente. Los peligros siempre se mezclaban con las oportunidades. Cuidar a un niño sería una carga que los distraería. El bebé en sus brazos realmente había nacido hace dos días. Por lo tanto, no le mintieron.
