—¿No es esa la isla de la suma sacerdotisa? ¿Quién es ese que está en la playa? ¿Ese es… Gao Peng? —preguntó alguien, señalando una figura que estaba en la playa.
—No sé, nunca he conocido al chico, pero tampoco creo que sea de por aquí —dijo alguien más, sacudiendo la cabeza.
—Así es, ese es Gao Peng —dijo Bai Fei. Lo reconoció al instante.
El grupo de adolescentes le ordenó a sus familiares que se detuvieran. Se miraron entre sí, cada uno tenía una expresión distinta en su rostro. Hace un momento habían estado hablando de Gao Peng a sus espaldas. No esperaban que apareciera ante ellos tan pronto. Hablando del rey de Roma…
—Hermano, veamos cuán genio realmente es —dijo Bai Ge con una sonrisa burlona.
—Por favor, no —dijo Bai Du secamente.