Un silencio mortal había caído sobre la sala de guerra. Solo podían escucharse los sonidos de un reloj en una esquina.
—Recuérdame otra vez, ¿cuáles eran las posibilidades del ejército de Jinsha de derribar a Manos Doradas cuando estábamos ejecutando nuestras simulaciones tácticas? —preguntó alguien.
—Creo que alrededor del 60 por ciento —respondió un general.
El aire en la habitación se había vuelto helado. Incluso si tuvieran un 60 por ciento de posibilidades de salir victoriosos, no habría manera de que pudieran derribar una organización tan grande tan fácilmente.