La cantidad de medicamentos que Gao Peng había preparado a mano eran miles. Preparar un medicamento nivel normal no requeriría mucho de su esfuerzo.
Sus manos se movían con precisión experta. Si Gao Peng le diera prioridad a la cantidad sobre la calidad, probablemente se habrían movido mucho más rápido.
Once minutos y cincuenta y cinco segundos pasaron. El proceso de preparación del medicamento finalmente estaba completo.
Gao Peng miró el reactivo gris en su mano. El color de su contenido estaba uniformemente extendido; era perfecto.
Cuando Gao Peng lo sacudía ligeramente, una débil fragancia salía del frasco.
Gao Peng forzó los ojos mirando el reactivo, evaluando su viscosidad. El líquido se arremolinaba en el fondo del frasco, su superficie brillaba como un espejo.
Gao Peng luego llenó una jeringa con el reactivo y llamó a la aturdida Caléndula Yin Yang que estaba en la fría encimera.
—Es hora de tu inyección.