—Eeh, disculpe señorita, su Familiar está bloqueando la entrada —dijo el guardia de seguridad.
La chica asintió, no era una persona testaruda, la cosa era que no importaba cuánto intentara exhortar a este animal, el cerdo no se movía y hasta comenzaba a roncar.
—Vamos, levántate —ordenó, molesta.
Los ojos del Gran Cerdo Blanco estaban completamente cerrados, no se movió ni un centímetro. Uno no podía despertar a un cerdo que fingía que dormía. A menos que viniera el carnicero.
—¿Qué está pasando aquí?
Un sargento en uniforme militar había notado el alboroto y se acercaba para revisar la situación, seguido por un Lobo de la Luna Plateada. El sargento observó al cerdo que "dormía", al igual que a la ansiosa joven y comprendió lo que estaba pasando. No pudo evitar sacudir la cabeza en señal de desaprobación.
—Eres una Entrenadora, este es tu Familiar, ¿no te avergüenza no poder controlarlo?
Bajó la vista hacia donde estaba el monstruo y ordenó:
—¡Levántate! ¡No puedes dormir aquí!
El Gran Cerdo Blanco no se movió, pero movió las orejas. No era ningún tonto, de hecho, los cerdos eran una de las especies más inteligentes del mundo. Engañaban a los humanos por la apariencia que tenían.
—Seguro me entendiste, ¿no?
El sargento rió, ya exasperado. Conforme caminaba hacia atrás, el lobo lo seguía. Sus arrogantes ojos miraban gélidos al cerdo, al que le mostraba los dientes asesinos. Se fue acercando lentamente a él y, a pesar de estar en terreno plano, parecía un lobo salvaje acechando a su presa bajo la luz de la luna en el bosque.
—¡Hum, Hum!
De pronto, el cerdo se levantó gruñendo y movió su cuerpo gigante hacia el costado del camino, con paso lento.
—¿Ves? Entiendes perfectamente el lenguaje. Pensé que no —dijo fríamente el sargento.
El cerdo gruñó, molesto, buscando una manera de deshacerse del humano y el feroz perro. ¿Acaso no puedo dormir en paz?
Todos los Familiares estaban en el patio, divididos en grupos. Con sus dos metros y medio de largo, el holgazán Da Zi era bastante llamativo.
Por la mañana, los estudiantes iban a clase, para reunirse después del almuerzo en el patio, alrededor de la una.
Ya estaba terminado el primer cuadrante de la construcción. El cuadrante entero era de concreto y ocupaba miles de acres de terreno. Había algunas construcciones sencillas como una plataforma de piedra, estrellas, también de piedra, etc.
Los sargentos llegaron, revisaron los grupos y comenzaron con el entrenamiento. Gao Peng se sorprendió de encontrar al "obstáculo de entrada", el Cerdo Blanco, en su equipo. Ocupaba el espacio de dos Familiares, era un monstruo realmente enorme.
—De acuerdo a los distintos tipos de monstruos, así variarán los métodos de entrenamiento. Recuerden que las funciones de cada Familiar son distintas entre sí, pueden ser agresivos, defensivos, asistidos, terapéuticos o para control de campo. Son cinco tipos en total. Algunos pueden tener varias funciones a la vez, por ejemplo, la Enredadera Verde del Diablo puede ser defensiva y control de campo y bajo algunos entrenamiento específicos puede ser también agresiva. Esto tiene mucho que ver con los métodos y objetivos del entrenamiento. Supongamos que entrenan a su Familiar como defensivo. Deben enfocarse en mejorar su paciencia y resistencia y así. Aunque es muy pronto para ustedes, me gustaría que recordaran una cosa: estamos haciendo un entrenamiento nivel principiante, pero los cambiaremos de grupo después de que seleccionemos a los mejores 1,200 durante la audición inicial. Luego, basado en su área de interés, los dividiremos en cinco equipos distintos: Atacantes, Facilitadores, Defensas, Terapeutas y Controladores. Haremos subgrupos dentro de éstos.
—Sé que muchos quieren contratar más Familiares y formar equipos, pero necesito que entiendan que eso no va a suceder por ahora. La televisión les dijo que los Familiares mostraban y mejoraban la fuerza de su alma y de acuerdo a eso podrían firmar con más Familiares, lo cual es correcto. Pero nunca les dijeron las condiciones que debían respetar para lograrlo. Los reflejos o mejoras de la fuerza del alma se basan en el poder de su Familiar. Entre más fuerza gane después de haber firmado el contrato, más podrá reflejar, esto también forma parte del contrato. De otra manera, ¿quién daría su poder gratis? No son monstruos estúpidos.
Al escuchar esto, muchas caras se oscurecieron. Planeaban formar con unos cuantos Familiares desde el principio, que incluyeran agresivos, defensivos, asistidos, terapéuticos y de control. Eso hubiera sido divertido.
Luego, el instructor sacó 38 pelotas de plástico blancas de una caja negra detrás de él y las repartió entre todos.
—Hoy, comencemos con su capacidad de comando. Esta es una parte esencial del entrenamiento, pues no importa qué tan fuerte sea su familiar, si no sigue sus órdenes eso no sirve de nada.
El instructor observó a la joven junto al Gran Cerdo Blanco. Este era un mal ejemplo.
El cerdo gruñó de modo irritante, frotando la cabeza contra su dueña, como demostrando que lo que decía el instructor era incorrecto.
Parado detrás de él, el Lobo de Luna Plateada resopló, mirando al cerdo, que parecía asustado al devolverle la mirada. Después, pareció pensar en algo feliz, sonrió y frotó a su dueña con alegría.
—Para entrenar a su Familiar deben conocer sus hábitos y pasatiempos. Es a partir de eso desde donde construirán una relación bien dirigida. Tomen como ejemplo a mi lobo: era arrogante y odiaba que lo tocaran o le hablaran, así que compré un Cerdo Negro Blindado especialmente para él y se lo di de comer. Pasé mucho tiempo jugando y durmiendo con él. Un mes después, confiaba mucho más en mí y estaba dispuesto a seguir mis instrucciones.
l decir esto, le dio unas palmaditas en la cabeza, el lobo entrecerró los ojos con entusiasmo. Al verlo, el Gran Cerdo Blanco se rió y bufó.
—No me importa el método que utilicen, pueden intentarlo hoy por la tarde y encontrarle solución. Es una cuestión más práctica que teórica, deben solucionarlo ustedes mismos. Voy a vigilar su proceso en una hora, aquellos que logren que su Familiar levante la pelota blanca pasan la prueba. De lo contrario, seguirán practicando hasta pasarla. Pueden irse.
La multitud se dispersó.
Gao Peng agachó la cabeza, miró a Da Zi y dijo:
—Da vueltas en el piso.
Sin dudarlo, Da Zi lo hizo una y otra vez, mientras sus patas y el caparazón resonaban en el suelo. Cero dificultad, el ciempiés había confiado en él siempre. Está tarea era de lo más sencilla.