—Hm.
La cara de Luo Qian se oscureció cuando hojeó el informe.
La foto en blanco y negro que tenía delante revelaba una enorme figura que abandonaba la escena del crimen en un caballo. Si no estaba equivocado, esa era la enorme estatua de bronce de la plaza.
La estatua…¿Ha cobrado vida?
Luo Qian se quedó pensando.
En todo caso, el Cataclismo lo había adormecido ante fenómenos de este tipo. Pudo haberse sorprendido. Pero solo le tomó un par de segundos recuperar su compostura.
—Saque todas las imágenes disponibles. ¡Tenemos que encontrar a esa estatua!
Un asistente entró sin aliento en la habitación.
—Señor, ya la ubicaron. La vieron en la Plaza Boca de Imán de Chengxi.
Luo Qian se frotó las sienes lentamente.
—¿Qué? ¿La encontraron?
—Señor, se encuentra en la Plaza Boca de Imán de Chengxi. Ya hay una multitud de personas a su alrededor.
Respiró hondo antes de darle una severa orden.