Desde el Cataclismo, el mundo se había convertido en un lugar mucho más grande, lo cual hacía que sea aún más difícil viajar de un rincón del planeta a otro que antes.
Esta era una de las razones por las que no se podían ver muchos extranjeros en Huaxia.
Algo silbó detrás de Gao Peng. Al darse la vuelta, se encontró cara a cara con una enorme anaconda negra.
Gao Peng retrocedió unos pasos.
—¿Estás tratando de darme un ataque al corazón? —le dijo Gao Peng a Jun Moyi.
Jun Moyi estaba de pie junto a su Anaconda Negra, con dos bolsas de bebidas y bocadillos en sus manos.
Miró a Gao Peng con curiosidad, preguntándose cómo un no contendiente había logrado entrar allí. Luego decidió que no era asunto suyo y simplemente se alejó.
Gao Peng continuó paseando entre las villas de montaña. Cada vez que se encontraba con un Familiar en su camino, buscaba sus estadísticas en el marco de datos y trataba de memorizar sus fortalezas y debilidades.
