El adolescente miró con desesperación hacia los camarógrafos, que lo filmaban por turnos.
—Eso no era lo que quería, ¿qué parte no entendieron?
Estaba entrando en desesperación y el viento helado silbaba al golpearlo, haciendo que le saliera agua de la nariz. Estornudó, pero no se atrevió a limpiarse, por miedo a caer si se soltaba. Aterrado, enterró la cabeza entre las suaves plumas de su Buitre Volcánico y se limpió la nariz ahí.
—Es el fin. No puedo ver a la gente a la cara de nuevo después de esto. Sin importar qué tan famoso sea en un futuro, esto me perseguirá para siempre. No me permitirán olvidarme de esto.
…