Gao Peng colocó su plato de sopa de pescado en la mesa del comedor. Se dio la vuelta y volvió a la cocina a buscar palillos.
Cuando salió de la cocina, vio una figura blanca de pie junto al cuenco, picoteando. Cuando Flamita vio que Gao Peng había regresado, agitó rápidamente sus alas y se fue volando.
Gao Peng se quedó sin palabras. ¿Flamita no acababa de decir que no quería comer?
Gao Peng caminó hacia la mesa del comedor, se sentó y usó los palillos para revolver el tazón. Sus ojos se ensancharon. ¿Por qué solo había sopa en su tazón? ¿A dónde había ido la cabeza de pescado? ¿El ñame? ¿Sus platos de acompañamiento?
—¡Idiota!
Al final, Gao Peng utilizó la sopa sobrante como caldo para un plato de fideos. Después de que terminó de comer, lavó los platos y limpió la estufa. Encendió su computadora para mirar las noticias y navegar por los foros.
De repente, se sintió muy enojado. Era una especie de ira que nunca antes había sentido.
