Después de luchar con el Cetro del Dios del Mar, Klein obtuvo una comprensión preliminar de sus poderes.
Podría crear tsunamis y huracanes, producir lluvias torrenciales y provocar rayos. Podría permitir que una persona vuele por el cielo y deambule por el fondo marino casi sin restricciones.
Era casi indestructible y podía usarse para aplastar la cabeza de un enemigo. Permitía al portador no perderse nunca sin la existencia de otros factores poderosos. Proporcionaría un nivel inimaginable de equilibrio, impulsaría a muchas criaturas marinas a cumplir sus órdenes, respondería a las oraciones de los creyentes y también permitiría al portador obtener el mismo tipo de fuerza que un monstruo marino. Era equivalente a convertir al portador en el gobernante de toda una extensión del mar.
Para Klein, eso ya podría considerarse algo al nivel de una deidad. ¡Incluso en la Tierra, podría resistir la caída de un portaaviones completo!