«Con ambos lados conscientes del paradero del manuscrito de Helmosuin, este asunto terminará esta noche... Por lo tanto, el embajador tendría la libertad de vengarse... ¿Es esa la razón del peligro inminente?»
Obtuvo una comprensión aproximada de los resultados de la adivinación y el presagio inexplicable. Si no tuviese el talismán del Lenguaje Vil o el poderoso guardaespaldas que le costó 1000 libras por tres días, habría ido sin vergüenza a la estación de policía o a la sede de la Iglesia del Dios del Vapor y la Maquinaria en Backlund; quizás a la Catedral Santa Hierländ para una estadía temporal. Podía evitar cualquier posible ataque y esperar el asesinato del embajador. En cuanto a cuán exitoso sería el asesinato, tampoco estaba seguro. Él ya había considerado el peor resultado y tenía un plan para ello.
