El Dios Mundial Dragón Místico, líder de la rama de Humodeleste, continuaba escondido en el palacio principal mientras observaba cómo sucedía todo eso y no sintió pena por ellos. En cambio, estaba celebrando:
—Por suerte las barreras que protegen mi palacio principal son mucho más resistentes. Aunque este niño de túnica blanca es fuerte, no puede hacerme nada por ahora. ¡Hmph! Pronto, mi hermano mayor llegará para darle una lección.
Dios Mundial Dragón Místico tenía una profunda admiración por su hermano mayor.
Whoosh. Ning de repente se transformó en un rayo de luz, voló lejos de la montaña y cargó una vez más hacia el palacio principal.
—¿Viene de nuevo para acá? —dijo el líder de Humodeleste muy asustado— ¿Por qué? ¿Tiene trucos aún más poderosos bajo la manga?
El corazón del líder de Humodeleste se llenó de alarma. Sabía que sin esas barreras tendría que enfrentarse a Ning solo, ¡y probablemente no sería capaz de resistir ni un solo golpe!
