Los muchos clones del Rey Radiante Junior brillaban con una luz deslumbrante que iluminaba el Mundo Cielovasto. Todos gritaron al unísono:
—¡DESTRUIR!
¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM! ¡Toda la luz que había estado iluminando el Mundo Cielovasto se reunió para formar nueve pilares de luz! Cada pilar tenía una espada en el centro. No tenían nada misterioso o profundo, ¡lo que tenían era un poder frontal, abrumador y aplastante! Eran tan poderosos que los tres Señores Dao de Cielovasto que observaban a lo lejos se pusieron pálidos al percatarse de que disparaban hacia Ning.
—Justo lo que quería —dijo Ning y se rio en voz alta mientras golpeaba de nuevo con sus palmas.
¡Whoosh! Esta vez, apareció un enorme agujero negro en el área alrededor de Ning que se tragó todo a su paso.
¡BOOM! ¡BOOM! ¡BOOM! Se escucharon una serie de colisiones, pero el agujero negro alrededor de Ning no se disipó en lo más mínimo.